Hay veces que me dan ganas de estar acompañada por alguien que me quiera como yo lo quiero. Hay veces que mando todos a la mierda y me dan ganas de matar uno por uno. Hay veces que me divierto tanto, la pasó tan bien, y me río a carcajadas, que me hace olvidar de todo lo que tengo a mí alrededor. Pero hay veces que prefiero que pase todo eso en un día a que prefiera estar contenta todo el tiempo, porque después pasa que al siguiente día me caiga una bomba, o varias bombitas que me haga caer en el precipicio, pero claro, como el día anterior estuve súper bien, se le suma las clases de preguntas imbéciles que te ponen peor, como: “¿Pero si ayer estaba todo bien, porque me viene a pasar esto a mi justo ahora?” ; “¿Qué ganas de cagarme, si ayer estaba todo perfecto, porqué no podía durar un poco más?” y ahí viene el que se vallan todos al carajo.
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